Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico se basa en la historia clínica, el examen físico, análisis de sangre (niveles de ácido úrico) y, en algunos casos, el análisis del líquido sinovial de la articulación afectada para identificar cristales de urato.
El tratamiento incluye:
Antiinflamatorios no esteroides (AINEs), colchicina o corticoides para aliviar los ataques agudos.
Medicamentos para reducir el ácido úrico (como alopurinol o febuxostat) en pacientes con episodios recurrentes o complicaciones.
Cambios en la dieta y estilo de vida: evitar alimentos ricos en purinas, mantener un peso saludable, reducir el consumo de alcohol y aumentar la hidratación.
Control de enfermedades asociadas como la hipertensión o la diabetes.
El seguimiento médico regular y la adherencia al tratamiento son fundamentales para prevenir recaídas y daños articulares permanentes.