Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico se basa en la evaluación clínica, pruebas inmunológicas (como ANA, anti-centromero, anti-Scl-70) y exámenes de imagen o funcionales si hay sospecha de compromiso orgánico.
El tratamiento se enfoca en controlar los síntomas, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida.
Puede incluir:
Inmunosupresores.
Vasodilatadores para el Raynaud.
Terapias para mejorar la movilidad de la piel o las articulaciones.
Apoyo multidisciplinario (reumatología, neumología, fisioterapia, etc.).