Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico se basa en la evaluación clínica, exámenes de sangre (anticuerpos anti-Ro/SSA, anti-La/SSB), pruebas de función de glándulas salivales, biopsia de glándula salival y test de Schirmer para medir la producción de lágrimas.
El tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones:
Lágrimas y saliva artificial.
Medicación inmunomoduladora o inmunosupresora, según el grado de afectación sistémica (hidroxicloroquina, corticoides en casos más graves).
Higiene bucal rigurosa y visitas regulares al odontólogo.
Evitar ambientes secos, uso de humidificadores y protección ocular.
En casos severos, se requiere seguimiento con un equipo médico multidisciplinario (reumatología, oftalmología, odontología, etc.).
Un diagnóstico temprano y un manejo integral permiten mantener los síntomas bajo control y mejorar la calidad de vida del paciente.