Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico es clínico, basado en los síntomas y puntos dolorosos específicos, descartando otras causas de dolor generalizado con estudios complementarios si es necesario.
El tratamiento es multidisciplinario e incluye:
Medicamentos: analgésicos, antidepresivos y moduladores del sistema nervioso (como pregabalina o duloxetina).
Terapia física: ejercicios suaves y progresivos, como yoga, natación o caminatas.
Psicoterapia: especialmente terapia cognitivo-conductual para manejo del dolor y el estrés.
Técnicas de relajación, higiene del sueño y manejo del estrés.
Educación del paciente: conocer la enfermedad ayuda a reducir la ansiedad y mejora el pronóstico.
Aunque no tiene cura, muchas personas con fibromialgia pueden llevar una vida activa y plena con el tratamiento adecuado y cambios en el estilo de vida.