Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico se basa en la evaluación clínica, análisis de sangre (anticuerpos antinucleares, anti-DNA, anti-Sm), análisis de orina y estudios por imágenes según los órganos afectados.
El tratamiento puede incluir:
Medicamentos inmunosupresores (como corticoides, hidroxicloroquina, azatioprina).
Antiinflamatorios y protectores para órganos específicos.
Cambios en el estilo de vida (protección solar, alimentación saludable, control del estrés).
Un diagnóstico temprano y el seguimiento constante con un especialista pueden mejorar significativamente el pronóstico y la calidad de vida del paciente.